martes, enero 16, 2007

Deje mi alma tirada en algun lugar

Ayer atravesé la ciudad porque me despedí de ella,
le deje, entre otras cosas,
algunos recuerdos en la acera,
solo para que la ficción,
no rebasara los limites de la frontera,
de la pasión.
No quería, que el mundo que a veces dejo allá afuera,
me siguiera. Quería irme solo. Quería buscar a nadie.
Las charlas (tan obsesivas como siempre), entre
la luna y mi alma ya añeja, no decían nada.
Mis labios, que a veces producen suspiros,
y en una que otra contada ocasión, reproches,
hablaban y hablaban pero no eran escuchados por nadie.
Saqué mi navaja, la navaja con la que escribo los recuerdos,
pero mejor los deje pasar.
No tenía caso, no buscaba a nadie.
Me perdí , y aunque no quería perderme, me adentraba
más cada segundo en el mundo del que tanto reniego.
Deje de disfrutar del frío nocturno, de las danzas
uniformes y del misticismo de un piano.
Deje de ver la belleza de las rosas, y de los roses
del viento sobre mi cuerpo. Deje mi alma tirada en algún lugar.

Me puse a buscar en lo urbano. Quería encontrar rosas
en la basura. Quería hallarle finas formas a una lata
de sabor a nada.
Entre los ladrones, los taxis y la humedad del viento,
yo me movía como si nada pasara.
Como si no me importara nadie.
No le hallaba sentido a la vida.
Non voglio perdermi, decía.
Pero lo hacía. Sin mas.

Hoy, me encuentro vagando, sin rumbo fijo.
Y a pesar de que todo tiene paz, de que todo
es tan tranquilo. Yo no soy lo que soy.
Lo que fui no se donde anda.
Tal vez estaba perdido desde hace meses
pero yo apenas me doy cuenta. Tal vez las
cosas no son lo que aparentan.
Yo ya no le encuentro caso a vivir
en la tierra.
Quiero volar!,
incluso, hasta otros planetas,
el poder de viajar, de fotografiar mis encuentros
y una noche de pasión con un rostro desconocido,
y pagarle al amor con una moneda.
Necesito ver, sentir en mis frías manos
el sudor de otros cuerpos, que de amar
a veces estoy harto. Quiero vivir
lo no vivido.
Viajar por Notre Dame, sumergirme en otros labios,
tal vez, en mares muy lejanos.
Quiero ver al artista, una balada en el piano,
observar, ser libre.
Las ganas, la necesidad de no sentirme satisfecho,
de saber que puedo ser más, a veces atan a la gente.
Yo, que todo lo quisiera fotografiar,
a veces, hasta con mi pluma ensangrentada de
recuerdos (mentiras), que todo lo quisiera abrazar,
amarlo, como a mi propia vida,
me voy perdiendo por haber dejado mi alma
tirada en algún lugar.
Y no la encuentro.
Tal vez, es que no es momento.
O quizás, algo en mi ha muerto.
No quiero pensarlo.
Yo quiero ser, ser yo mismo.
Y ya no ver...

Quisiera no entender...

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