martes, diciembre 18, 2007

Entre Abril y Diciembre

Te escribo mientras toco mi cuerpo entrecortado y lleno de cicatrices que hablan solo de
verdades. Aquí, en mi ocaso, me divierto con la idea de tu cuerpo bañado en mi sudor
y el mio en tu saliba. ¿Pudor? No hay esta noche.
A estas alturas de nuestro cuento ¿qué canción podría ajustarse a tu medida, a tu cuerpo,
a la talla de tu pantalón, a los limites ocasionales que derivan de cada uno de los besos
que te he soñado?

Entre mis piernas, y, ocasionalmente, en cada uno de mis nudillos, suelo encontrarme con tu
aroma. Ese que me despierta por las noches recordando cosas que no han pasado.

-¿Es posible?
-Qué? -preguntas-
-Que los sueños sean tan vívidos al grado de saber a qué sabe tu piel.
-Idiota
-Es que tú no sabes a lo que sabes -y me fui...

Las horas van pasando lentamente en mi celda de lujurias. Erectos los sentidos comienzo
a acariciar tu piel, esa que nunca me has prestado. En sueños, suelo ver mi cuerpo
desnudo ante tu incesante mirada. En vida, suele ser mi alma la que gusta del vouyerismo
que practicas al verme crecer. Somos todo y no damos nada a cambio.

Existe una gran diferencia entre aquello que somos y aquello que proyectamos, en ese sentido, ¿estaré enamorado de ti o de tu imagen? ¿Te conozco? ¿Me conoces? ¿Somos alguien?
Sí, sigo aquí atónito ante la temporalidad del destino. No actúo, observo. No creo sensaciones, solo observo. Observo y te miento como si en realidad te pudiera mentir. ¿A ti?

La vida, entonces, sigue siendo un simulacro de todas aquellas cosas que fascinan mis pasiones. Vivo una parodia de mi poesía, una mala piratería de mi fotografía, una copia con rayones de mis más profundos sueños. Somos eso, mentiras caminantes, viajantes incesantes de una historia que no nos ve partir. Eso somos, inmortales, viajeros sin destino. No contamos nuestra historia, la encarnamos. No le damos vida a nadie, ni a nosotros mismos. Somos incoherencias con forma de humano. Incoherencias más coherentes que cualquier otra masa humana sin sentido. Somos dios.

Somos sexo, y aquí estamos. Sin darnos nada más que palabras de aliento. Sin besos, sin caricias, sin todo aquello que construye pedacitos de historia. Mientras, aquí seguimos esperando. Ante luces que no proyectan a lo eterno.

Somos destino. ¿Estamos destinados?

A ti...

lunes, diciembre 17, 2007

Que nos lleve la tristeza

No preguntes por el sentido,
ni por razones ni marea,
no te sobrecojas por mi entrega.

Ignora hasta el sonido,
que produce mi cuerpo entre tus venas,
olvidate de lo lindo,
que sería pensar en cosas nuevas.
Deja al miedo volar.

No pienses en futuros,
ni en pasados ni en acciones.
Recuerda que el preludio
está en saber crear nuevas emociones.
En saber vivir con la espera.

Deja que tus corazonadas te digan a dónde caminar.

[Y si ahí he de estar, bienvenida, que nos lleve la tristeza]

Total...

Miento temporal

Y ahí van pasando las horas,
frente al bus que transporta mil recuerdos,
sentados en plástico y madera.

Y allá van chocando los silencios,
ante mil esferas y planetas
que saben a el elixir de tu cuerpo.

Y acá, acá no va pasando nada,
hasta que te enteres que yo siento,
y miento, hasta que encuentre una mejor forma
de hacerte feliz.

Déjame te miento, de momento.

domingo, diciembre 09, 2007

Como lienzo de cristal

Quiero vivir entre tus arranques,
tus sonrisas de mujer matutina,
y vagar por las verdades,
que me inspira amanecer entre tu piel divina.

Puedo resistirme al silencio,
solo y cada cuando vengas a mi cuerpo,
que es entre nuestros momentos,
entre nuestros recuerdos de gloria,
donde descansa el espacio fundamental.

Has sido y serás por mucho tiempo,
mi adn inverso, mi mujer de glorias.
Mi espacio ideal.
Y aún así no me enteraba de los regalos de tu cuerpo.

Eres por mucho mi espejo y mi cristal,
mi lienzo de esperanza.

Quiero que vivas en mi seguridad,
que plantes tus semillas en mi olvido,
que sea la distancia entre nuestros cuerpos,
el camino hacia aquello donde no nos atrevemos a llegar.

Vienes y te conviertes en la espuma de mi mar.
Y yo que ni cuenta me daba de tu llegada.

Será vital saber si te quedarás...



Como quien vuelve a las andadas. Este es oficialmente el número 300 (de aquello que está contabilizado)

Gracias por ser mi número final. Espero te conviertas en el de la suerte.

Desde aquí donde no sabes lo que te espera...

martes, octubre 23, 2007

Perfume de existencia

Algo viejito... para recordar. Se antoja con el frío urbano:

Eres el tremendo acertijo,
de mi vida tan estrecha,
como cual vaso de vino.

Dime mujer silenciosa,
de caudales infinitos,
¿qué perlas llevas puestas?,
para burlarte así de lo lindo,
y visitar un par de fiestas.
Dime qué te hace tan perfecta,
qué cristales te dan tus poderes,
y con qué amaneceres sueñas,
dime cuál es tu perfume de existencia.

Bella como el otoño de mi muerte,
el piano te ha jurado lealtad,
¿y yo cuándo he de besarte?,
me merezco un poco de tu frialdad?

Dime mujer exótica,
de placeres mundanos,
¿quién es tu dios?,
para seguirlo con mis manos,
y me llene de promesas.
Dime qué hace a tus besos tan mortales,
y quién te dio tus manos tan suaves,
es por ti que te sigue la tristeza,
o eres acaso mujer nueva?
Naciste, de un bello trino,
o una nueva promesa?
Dime, quién dibujo tu silueta?,
para hacerte tan perfecta,
a mis ojos escrupulosos,
y los poemas tan odiosos,
cuenta, cual es tu perfume de existencia.

Mujer misteriosa,
de andares ocultos,
tras la puerta.

Dime si he de volver a besarte,
si es que alguna vez lo hice,
engañemos a todos, engañemos a nadie!,
o no volvamos a cruzar miradas,
dime, qué te muestra tan violeta,
el tinte de tu cabello qué proyecta,
eres el sueño de todo aquello que fui?,
o eres espejismo de mi cansancio?.
Quiero recordar el sabor de tu piel,
si es que alguna vez conocí sus placeres,
dime quién te entrego la llave secreta,
y por qué no has de compartirla,
con quien más te amo.
Dime dónde busco tu silueta,
o cómo apago el interruptor que te inventa,
dime, mujer de tormentas,
cual es tu perfume de existencia?

viernes, octubre 12, 2007

Sexo 24/6

Quiero hacerte el amor los Lunes,
para iniciar así bien las semanas,
con tus pechos bendiciendo mi rostro,
deseándole un silencio a mis ajetreadas madrugadas.

Y por qué no hacer que te nazcan flores,
en Martes, de sonrisas dibujadas,
en el aburrimiento de pensar que en semanas pasadas,
te hice lo mismo pa' pedir que regresaras.

¿No te gustan, en silencio, los miércoles y jueves,
pa' ver la luna disfrazada,
y besarnos las siluetas como adolescentes enamorados?

¿Y los Viernes de embriaguez absoluta,
en bares, en hoteles, en cuartos?

Quiero hacerte el amor los Sábados de espera,
por que llegues a la hora de la cena,
mientras te preparo la receta del pasado.

Pa' que en Domingos, como fieras...
nos miremos a los rostros un buen rato,
y con besos, en la puerta,
nos encontremos a los ojos mirando,
y descansando,
por no darle a los cuerpos lista de espera.

sábado, octubre 06, 2007

Nos tóco perder

Nos tocó perder

Voy a buscarle un sustituto a tu recuerdo,
para exiliarte de la cama,
con la voluntad de quien se olvida de uno mismo.

Tengo, por derecho (previa obligación)
que buscarle a tu recuerdo un delirio,
y asfixiarle el corazón.

Debo, hasta morir.

Me tocó perderte en tu silencio,
te tocó perderte de mis besos.

Nos tocó perdernos nuestros huesos,
y hoy, aquí,
el camino se ha vuelto variable, incipiente,
volátil y valiente.

Nos tocó perdernos la razón
(para estar aquí y no tan lejos)

Nos tocó perder.

sábado, septiembre 29, 2007

Titeres

I

No es insomnio ni es marea,
el sutil reencuentro de unos labios,
bañados en invernales primaveras.

No es tu tacto.

No es nada de lo que tuvimos,
como si recordarse fuera en vano,
y el pecado,
se convirtiera en canción eterna,
perpetua,
de un par de cuerpos ensangrentados.

No es nada.

No eres tú.

II

Comenzaste como el viento,
acariciando a la pradera,
en futil sonata de invierno.

Me entregaste el misticisimo,
de engañarnos como fieras,
de amarnos sin manera,
sin culpas, sin olvidos.

Me heriste en el camino.

Como una brujula, frivola y sangrante,
orientaste mi camino,
al del placer y la tormenta.

Impactaste...

Te olvidaste, del sentido,
para vivir para uno mismo,
y olvidarse del silencio, penetrante.

Y llegaste.

No sé cómo llegaste.

III

Pasaste noches enteras,
en mi cuarto, en mi esperma.
Tragando con tu alma lo vivido.

Deboraste con tu inercia,
todo aquello que sentimos,
en apenas unas horas,
de inertes coincidencias.

(Y hoy me entregas consecuencias)

Te enamoraste,
de mi llanto,
de mi caricia envenenada,
y llena de pecados.

Me amaste,
y yo en mi letargo,
me convertí en tu adorador.

IV

Fuiste mi quimera,
y yo tu serpiente,
que siempre anciosa,
te esperaba por las noches,
en el patio, en la acera.

Te dibujaba en lienzos olvidados,
que hoy guardas de trofeos.
Te escribía poemas maldecidos,
ignorados, por fantasmas del pasado.

Te adoraba.

Fuiste mi guia y yo tu espuma,
siendo una flecha, marcaste mi camino,
entre aromas, entre pechos conocidos.

Fuiste amiga, y te convertiste en madre, en todos los sentidos.

Fuiste diosa.

Y te amé.

V

Se nos fue la luna de octubre,
por los frios de diciembre,
dejando al pasado nuestros besos.

El viento invernal arrasaba,
congelaba los huesos,
y de paso nuestro amor.

Nos apagaba.

Nos apagó.

VI

Volviste con regalos,
y yo, que esperaba, a la ignorada pasión de nuestros besos,
vi como nunca llegaron los abrazos siempre eternos,
que algún día nos prometimos.

Partimos, por miedos,
como quien no quiere adentrarse en tus aguas,
por temerle a lo vivido,
al sentido del nirvana,
de sentirse, de tocarse el alma, en un beso.

Y juntos vimos las sombras pasar...

VII

Hoy te espero,
(o quizas dejé de hacerlo)
porque no puedo esperar otra cosa.

Porque si no vienes, es como si el mundo fuera un sonido,
inescuchable, inexplicable, un decibel sin sentido.

Como moscas...

Y no vienes a plasmar

VIII


Has llegado, con tu aroma,
con tus besos de margarita,
de aromas naturales.

Casi te quedaste en mi silencio,
antes de que el fluido,
llegase a convertir tu cuerpo.

Hoy eres madre, y como tal te he respetado.
A pesar de los males, que me trae estar a estas horas,
lentamente desnudando (tu recuerdo)

Ya no eres mía,
ya eres un sueño.
Una vaga idea.
Un hermoso recuerdo.

(Aquello que he sido para ti a lo largo de este tiempo)

y todo, a pesar de mi.

IX

¿Por qué no vienes, y me das un beso de despedida?,
de esos que las perlas te adornaban en el pasado,
para recordar que fuiste mía,
y que un día juntos nos quedamos.

Apenas lloramos,
por ver nuestra partida.

¿No crees que es mucho ignorar?

X

Sigue soñando.
Aquí.
Conmigo, o sin mi.
Tú sigue soñando.

Aunque nos llueva en madrugada.
Y se acaben las ilusiones.

Él, en el parque, se quedó esperando.

(Y por lo que hoy me entero, nunca se fue...)

...apenas a estas horas comienza a sentir que lo arrastra la marea...

jueves, septiembre 13, 2007

Te

Te invento todos los días,
como pluma en mi poesía,
y volcán de lo olvidado.

Te llamo en mi agonía,
de cumbres ignoradas,
por hombres inhumanos.

Te dibujo antologías,
de cuerpos enterrados,
en planicies de ironías.

Te creo madre y niña,
como parte novelada,
de una realidad que dibujamos,
y que nunca nos juramos,
por miedo a no cumplir.

Te quiero.

lunes, septiembre 10, 2007

Aquí en donde estamos

Ante cada madrugada,
y ante cada caricia olvidada,
quiero uno de tus besos, pa' no olvidarlos nunca.

Así, cada vez que la aurora nos arrope,
yo tendré que recordarte,
aunque sea por una hora.

No olvides que el olvido,
es negar que existimos
por una eternidad.

Aquí en donde estamos.

miércoles, septiembre 05, 2007

Maternal

Se derramó mi cerveza,
en el punto más fatidico de nuestro encuentro,
y entonces, sólo entonces se incendió la hoguera.

Vamos a perdernos,
en nuestra obra de juguetes personalizados.
Al fin y al cabo, ya juntos, nada nos tocará.

¿Cuánto le apuestas, a que después de 9 meses,
todo en nosotros será una diferencia?

¿Cuánto te juegas, sí te invito a un "te amo",
antes de que te vayas de una vez?

Yo me juego la vida, por verte dar vida otra vez.
Y esta vez, si será eterna.

Al fin, alguien que se lo merece, recibirá un beso a tu manera.

Maternal.

domingo, agosto 26, 2007

De cielos y verdades

Había noches, y cielos estrellados,
que se asomaban con su luna cacariza,
y llena de verdades.

¿Dónde quedó aquel cielo que vimos,
oculto entre los escombros,
de nuestra propia destrucción?

En días como estos me creo el cuento de que nunca existimos.

¿Dónde estás ahora para darme mi respuesta?

...y hacerme llorar como un niño.

Yo te espero

Te espero en el portal que divide nuestras historias,
donde el futuro se ríe de mi.
Y a carcajadas me da un beso en donde más me duele.

Te espero aquí, donde nunca llegas, donde no vienes,
donde solo alcanzas a arañarme el corazón.
Sin besos.

Te espero y no te espero, porque no sé quien eres,
porque aún a estas horas de la noche,
no te encuentro.

Aquí te espero.

Te espero y maniato tu olvido,
aquí donde me enamoro de tu cuerpo,
del recuerdo de tu beso.

Te espero, y se burlan de mi los momentos.

No estás mirando, y en cambio,
allá al frente se burlan de mi los años,
los cuerpos voluptuosos,
encerrados en cristal.

Te espero y me obsesiono con tu idea,
con tu nombre inventado,
y lleno de momentos.

Aquí te encuentro.

Donde nunca estuviste, por partir, por la inercia del momento,
donde no hay veredas, solo hay sueños.
Y todo siempre se reduce a eso.
A esto.
A lo nuestro.

Yo te espero.
No lo olvides.
Yo te espero.

Habría que cambiar el amor

Habría que cambiar el amor,
y hacerlo despertar muy de mañana,
antes de que salga el sol.

Habría que cambiar el amor,
por una daga menos hiriente,
o tal vez, un corazón más valiente,
que sin dudarlo, le hiciera frente al desamor.

Habría que cambiarse el corazón.

Habría que cambiar el amor,
por una sopa caliente en las mañanas.
Habría que cambiar el amor.

Imagínate enamorada

Imagínate desnuda,
por la mañana,
recorriendo despacio mi cuerpo helado,
con la sonrisa dibujada.
Imagina que no espero nada a cambio.

Imagínate olvidada,
con la mirada perdida en el horizonte,
con la tacita de té tambaleando,
y llorando, tu cuerpo siempre despertaría llorando.

Imagínate enamorada,
con el cabello enmarañado,
despertando sobre mi almohada.

Ahora imagínate soñada...

Justo como estás aquí.

Soliloquio nocturno

Soliloquio nocturno

A veces me van pasando las noches,
con la ajetreada tarea de llevar tu cadaver en mis brazos,
y la luna sonriente dibujando un aneurisma en mi cerebro fatigado.
Son muchas las horas que he recorrido este camino tambaleante.
Vuelvo repitiendo los sueños, como si fueran sólo eso,
y allá voy mirando como pasan los cuerpos en su danzante teatrina universal.
No hace mucho que vi las llagas de un corazón destrozado,
cuando noche tras noche, vida tras vida,
me voy repitiendo que a base de arañazos,
he roto ya la marca y la moral, de lo que se refiere a besar muchos labios.
Parece que practicase el deporte de romper los corazones por doquier.
Parezco ya haberme convertido, en el fantasma de mis pecados,
en la quimera de mis placeres, que despiertan muy temprano,
a joderse al mundo otra vez. ¿Y para qué?
Son tantos los sueños que he dejado, tantas las veces que mi
cuerpo ha huído de los menesteres del amor,
que hoy que me veo a mi mismo monologando,
ante la inminente fatiga del dolor
(120 horas sin marcar la diferencia)
me encuentro oxidado de la perdida del calor de otro cuerpo más.

(Nadie, nunca nadie ha sido en mi historia sólo otro cuerpo más)

...Escucha, claramente, que el peor pecado de un poeta, es saberse perdido,
y no querer pararse a luchar...
(En este sentido todos los humanos somos poetas, en este sentido,
todos los poetas son demonios. Y así hasta que no puedas más...)

A veces me van pasando las noches,
con latas de alcohol sobre la ventana,
y soliloquios nocturnos por las tardes.
Así, en veces, despierto a las 10 de la mañana con la luna en la cara,
y el sol tomando una siesta sobrenatural.
Y todo esto, para que encuentres,
que ya no eres nadie,
desde que no hay nadie más.

Aquí debería haber alguien más.

Y no está...

miércoles, abril 18, 2007

Por querer comernos el cielo

La bomba en mi cuerpo estalló,
cuando vi tu mirada,
y tus besos me supieron a lagrimas;
la sonrisa que faltaba,
entonces dibujó,
tu boca enamorada.

Y entonces suplicantes viajamos por el mundo,
un mundo propio, un mundo desconocido.
Queriendo arreglar pobrezas con besos,
conflictos con caricias,
mil guerras con palabras.

La tristeza ya esperaba...

Por querer comerse el cielo,
el ave estrelló,
sus sueños, en una caja de cartón.
Y nunca jamas vió el sol de nuevo.

La bomba en mi cuerpo nos contó,
cómo destrozamos,
sin mirarnos,
lo que nunca nos juramos;
y la sonrisa que faltaba,
nunca más volvió,
de tu boca enamorada,
que ya no besa mis palabras.

Porqué la culpa la esfumó.

domingo, marzo 25, 2007

Te escribo

Te escribo desde las tardes qué pasan largas sin tus pasos,
donde dibujo mi trinchera a base de arañazos.
Te escribo desde donde no escuchas, desde donde tu vientre no siente mis manos,
ahí donde lo inevitable es penumbra, donde el recorrido se vuelve insensato.

Te escribo para no odiarte. Para no amarte.
Para no recordarte a cada rato.
Te escribo porqué no hay más que hacer.

Te escribo desde mi contigencia. Desde mi alboroto.
Aquí donde las ganas de desnudarte se vuelven más fuertes cada vez.

Te escribo para qué me escuches. Para qué te diviertas un rato.
Y entre las dudas (sí te amo o no te amo) te tomes un café.

(Te escribo porqué cuando no te tengo no hay forma más deliciosa, insensata y
divertida qué se me ocurre para tu cuerpo recorrer)

viernes, marzo 02, 2007

Tenerte desnuda

Si pudiera tenerte desnuda hablaría de tu cuerpo,
de tus piernas que son como tijeras que se abren al peligro,
de la distancia exacta entre tus pechos,
de tus labios que son como mi espuma,
de la vida, de la muerte y de ti.

Si pudiera tenerte desnuda ante mi atónita mirada,
le hablaría a mis hijos (las palabras) de tu sexo,
de tu sexo que es como miel envenenada,
de tus caderas que son el baile erótico más sencillo,
de tus ojos que irradian colores de la eternidad.

Si pudiera tenerte desnuda ante mis sueños,
yo le hablaría al mundo de tus pies,
esos que marcan mis pasos.
De tu oído tan exacto para escuchar mis obscenidades,
de tu piel que es mi piel cuando me abrazas tan cerquita...
De la forma en que vistes y lo curiosa que te ves cuando caminas,
de tu abdomen tan violento y tan obscuro,
que es perfecto para derramar en el las lágrimas de mi vida.

Yo hablaría ante todos de tu perfume,
y si fuese posible, con el, me bañaría todos los días.
De la guerra que lidiamos cuando no somos un ente unido,
de tu inocencia y mi cordura, de todo yo les hablaría.

Pero como no te tengo, vida mía, ésta noche desnuda,
desnudaré la noche para poder soñar contigo,
y tal vez, dentro de mis sueños si decidas,
desnudarte como debes, como dios manda,
no solo de prendas si no de prejuicios,
y ante mi, fueras toda mía.

Pero mientras me conformo,
con mi imaginación desnudándote,
al compás de una melodía.

sábado, enero 20, 2007

A el hombre del espejo

¿Has visto, entre toda la maraña de extrañesas,
entre toda la incapacidad de tus manos,
esa tan pequeña y simple posibilidad,
de dar el gran salto?
¿Alguna vez, en tu incontable existencia,
le has dado rienda suelta a lo que
nace de aquellos tus deseos?
Tu eres aquel sujeto errante,
capaz de cambiarle la cara a su destino,
y estas aqui mirandote a ti mismo,
en el reflejo de unos ojos moribundos,
tan llenos de asperezas.
¿Que no sabes que alla afuera,
el submundo, la guerra y el amor
son parte de una misma tregua entre dioses?
No entiendes.
Tu pareja, que en estos momentos te mira
a travez de sus sueños, y vigila tus noches
con el celo de la amante, está perdiendo
la seguridad que le proporcionaba tu instinto.
Ya no eres lo que eras, cosa que nunca fuiste.
Ella, en su mas temible soledad,
piensa todas las noches en la posibilidad
de encontrarte un error nocturno,
y tu, que te aferras a tu imagen de santo,
no entiendes que ella debería lidiar tanto con
tu bestia, como con tu hombre.
No es nada del otro mundo, ni nada que no entiendas,
me sorprende que te lo niegues a ti mismo.
¿Has visto como tu padre se ha quedado
sordo ante el cansancio de la guerra?
Ya no te escucha, y salvo todas las ocasiones
en que con amor te da un abrazo, lo cierto
es que lo que menos le importa son tus chistes nocturnos,
tus opiniones futboleras y tus delirios de submundo.
Ya no eres el chico que antes eras,
ya no eres aquella semilla que necesitaba calor paternal.
Ya eres hombre, y en la guerra has sido herido.
¿Porqué sigues gastando horas frente a tu mismo rostro?
No eres mas que el reflejo demacrado de los años,
que con sigilio te han visto pasar frente a mil batallas.
Ya no eres ni inocente pero por el momento,
sigues sin ser tan culpable.
Y aunque ella, a quien amas, tu hogar, tu tranquilidad,
tu propio no-reflejo de ti (quien debería serlo) siga
gastandose las horas en los celos y en las posibilidades,
tu seguiras siendo tu, tu burdo titere de ti mismo.
¡No seas necio!, ni divagues entre los murmullos de
tu voz interna, tu conciencia,
sabes cuales son las respuestas pero no te las planteas
cuando te miras al espejo.
Ella te ama,pero a su manera, y tu padre no es sordo,
solo está mudo, porque la lengua se la arrancaron
los años de tanto trabajar.
Aquel viejo amigo, aun te extraña, y esas heridas
que no sanan, podrían volver a tus brazos
si asi lo quisieras. Pero vos sabes que no lo quieres.
No aun.
¿Porque?, contestatelo a ti mismo.
Verdad solo hay una, y es que dentro de ti,
ni lobo, ni serpiente, ni muchacho empedernido
pelean solamente por un espacio de tu cuerpo.
¡Hay más!.
Hay dragones, hay quimeras, hay deidades, hay fantasmas.
Y hasta cuentas con basurero integrado.
Nada nuevo para la época, si somos claros.
Es hora de vivir, de darle sentido a tus placeres,
ya que mas dan los errores, ya que importan
los segundos del pasado. Todos han sido ensayos de ti mismo.
Este es el momento de pelear.
Basta de estarse mirando como tonto frente a tu reflejo,
no acapares tus temores solo por temerles,
no reniegues de tu esencia, pues ella te ha llevado
hasta donde estas ahora, que ya es mucho, pero podría ser bastante.
Ya no juegues con tu propia bola de nieve,
que día a día va creciendo sin sentido alguno.
Ya no trates de hallarle la belleza a las notas de los pianos,
ni busques en los basureros flores y margaritas.
Tu sabes donde estan. Tu sabes que solo hay que sentirlo.
A ti, que no eres aún ni la mitad de lo que pido,
para ti pienso seguir con vida,
aunque avance sangrando de una herida mortal.

martes, enero 16, 2007

Deje mi alma tirada en algun lugar

Ayer atravesé la ciudad porque me despedí de ella,
le deje, entre otras cosas,
algunos recuerdos en la acera,
solo para que la ficción,
no rebasara los limites de la frontera,
de la pasión.
No quería, que el mundo que a veces dejo allá afuera,
me siguiera. Quería irme solo. Quería buscar a nadie.
Las charlas (tan obsesivas como siempre), entre
la luna y mi alma ya añeja, no decían nada.
Mis labios, que a veces producen suspiros,
y en una que otra contada ocasión, reproches,
hablaban y hablaban pero no eran escuchados por nadie.
Saqué mi navaja, la navaja con la que escribo los recuerdos,
pero mejor los deje pasar.
No tenía caso, no buscaba a nadie.
Me perdí , y aunque no quería perderme, me adentraba
más cada segundo en el mundo del que tanto reniego.
Deje de disfrutar del frío nocturno, de las danzas
uniformes y del misticismo de un piano.
Deje de ver la belleza de las rosas, y de los roses
del viento sobre mi cuerpo. Deje mi alma tirada en algún lugar.

Me puse a buscar en lo urbano. Quería encontrar rosas
en la basura. Quería hallarle finas formas a una lata
de sabor a nada.
Entre los ladrones, los taxis y la humedad del viento,
yo me movía como si nada pasara.
Como si no me importara nadie.
No le hallaba sentido a la vida.
Non voglio perdermi, decía.
Pero lo hacía. Sin mas.

Hoy, me encuentro vagando, sin rumbo fijo.
Y a pesar de que todo tiene paz, de que todo
es tan tranquilo. Yo no soy lo que soy.
Lo que fui no se donde anda.
Tal vez estaba perdido desde hace meses
pero yo apenas me doy cuenta. Tal vez las
cosas no son lo que aparentan.
Yo ya no le encuentro caso a vivir
en la tierra.
Quiero volar!,
incluso, hasta otros planetas,
el poder de viajar, de fotografiar mis encuentros
y una noche de pasión con un rostro desconocido,
y pagarle al amor con una moneda.
Necesito ver, sentir en mis frías manos
el sudor de otros cuerpos, que de amar
a veces estoy harto. Quiero vivir
lo no vivido.
Viajar por Notre Dame, sumergirme en otros labios,
tal vez, en mares muy lejanos.
Quiero ver al artista, una balada en el piano,
observar, ser libre.
Las ganas, la necesidad de no sentirme satisfecho,
de saber que puedo ser más, a veces atan a la gente.
Yo, que todo lo quisiera fotografiar,
a veces, hasta con mi pluma ensangrentada de
recuerdos (mentiras), que todo lo quisiera abrazar,
amarlo, como a mi propia vida,
me voy perdiendo por haber dejado mi alma
tirada en algún lugar.
Y no la encuentro.
Tal vez, es que no es momento.
O quizás, algo en mi ha muerto.
No quiero pensarlo.
Yo quiero ser, ser yo mismo.
Y ya no ver...

Quisiera no entender...