lunes, febrero 11, 2008

Eso

Eso, amarnos,
como dos viajeros que se sacian,
la sed de sus cuerpos ambulantes,
en trincheras abandonadas por el fuego.

Eso, oxidarnos,
ante los años de los viejos y oscuros diamantes,
que se van formando entre tus ojos cuando miras,
cuando callas, y te vas...

Eso, inventarnos,
como el sol de medio día que cruza en tu mirada un instinto,
o la miel embarazada de tus besos, de los míos,
se van expandiendo, en nuestras entrañas.

Eso, que yo me encargo de los sueños;
tú, tú y ve fuma otro cigarrillo,
prepara el desayuno,
cuida de mis niños,
deja que mis huesos, se invadan de tu aroma, de tu vino;
pero no te vayas, no dejes mi barca sin rumbo fijo,
sin tu cuerpo, sin tu trino,
sin las mil y una noches que no nos hemos dado,
por miedo a sentirnos dioses en el limbo.

No hay comentarios.: