sábado, enero 20, 2007

A el hombre del espejo

¿Has visto, entre toda la maraña de extrañesas,
entre toda la incapacidad de tus manos,
esa tan pequeña y simple posibilidad,
de dar el gran salto?
¿Alguna vez, en tu incontable existencia,
le has dado rienda suelta a lo que
nace de aquellos tus deseos?
Tu eres aquel sujeto errante,
capaz de cambiarle la cara a su destino,
y estas aqui mirandote a ti mismo,
en el reflejo de unos ojos moribundos,
tan llenos de asperezas.
¿Que no sabes que alla afuera,
el submundo, la guerra y el amor
son parte de una misma tregua entre dioses?
No entiendes.
Tu pareja, que en estos momentos te mira
a travez de sus sueños, y vigila tus noches
con el celo de la amante, está perdiendo
la seguridad que le proporcionaba tu instinto.
Ya no eres lo que eras, cosa que nunca fuiste.
Ella, en su mas temible soledad,
piensa todas las noches en la posibilidad
de encontrarte un error nocturno,
y tu, que te aferras a tu imagen de santo,
no entiendes que ella debería lidiar tanto con
tu bestia, como con tu hombre.
No es nada del otro mundo, ni nada que no entiendas,
me sorprende que te lo niegues a ti mismo.
¿Has visto como tu padre se ha quedado
sordo ante el cansancio de la guerra?
Ya no te escucha, y salvo todas las ocasiones
en que con amor te da un abrazo, lo cierto
es que lo que menos le importa son tus chistes nocturnos,
tus opiniones futboleras y tus delirios de submundo.
Ya no eres el chico que antes eras,
ya no eres aquella semilla que necesitaba calor paternal.
Ya eres hombre, y en la guerra has sido herido.
¿Porqué sigues gastando horas frente a tu mismo rostro?
No eres mas que el reflejo demacrado de los años,
que con sigilio te han visto pasar frente a mil batallas.
Ya no eres ni inocente pero por el momento,
sigues sin ser tan culpable.
Y aunque ella, a quien amas, tu hogar, tu tranquilidad,
tu propio no-reflejo de ti (quien debería serlo) siga
gastandose las horas en los celos y en las posibilidades,
tu seguiras siendo tu, tu burdo titere de ti mismo.
¡No seas necio!, ni divagues entre los murmullos de
tu voz interna, tu conciencia,
sabes cuales son las respuestas pero no te las planteas
cuando te miras al espejo.
Ella te ama,pero a su manera, y tu padre no es sordo,
solo está mudo, porque la lengua se la arrancaron
los años de tanto trabajar.
Aquel viejo amigo, aun te extraña, y esas heridas
que no sanan, podrían volver a tus brazos
si asi lo quisieras. Pero vos sabes que no lo quieres.
No aun.
¿Porque?, contestatelo a ti mismo.
Verdad solo hay una, y es que dentro de ti,
ni lobo, ni serpiente, ni muchacho empedernido
pelean solamente por un espacio de tu cuerpo.
¡Hay más!.
Hay dragones, hay quimeras, hay deidades, hay fantasmas.
Y hasta cuentas con basurero integrado.
Nada nuevo para la época, si somos claros.
Es hora de vivir, de darle sentido a tus placeres,
ya que mas dan los errores, ya que importan
los segundos del pasado. Todos han sido ensayos de ti mismo.
Este es el momento de pelear.
Basta de estarse mirando como tonto frente a tu reflejo,
no acapares tus temores solo por temerles,
no reniegues de tu esencia, pues ella te ha llevado
hasta donde estas ahora, que ya es mucho, pero podría ser bastante.
Ya no juegues con tu propia bola de nieve,
que día a día va creciendo sin sentido alguno.
Ya no trates de hallarle la belleza a las notas de los pianos,
ni busques en los basureros flores y margaritas.
Tu sabes donde estan. Tu sabes que solo hay que sentirlo.
A ti, que no eres aún ni la mitad de lo que pido,
para ti pienso seguir con vida,
aunque avance sangrando de una herida mortal.

martes, enero 16, 2007

Deje mi alma tirada en algun lugar

Ayer atravesé la ciudad porque me despedí de ella,
le deje, entre otras cosas,
algunos recuerdos en la acera,
solo para que la ficción,
no rebasara los limites de la frontera,
de la pasión.
No quería, que el mundo que a veces dejo allá afuera,
me siguiera. Quería irme solo. Quería buscar a nadie.
Las charlas (tan obsesivas como siempre), entre
la luna y mi alma ya añeja, no decían nada.
Mis labios, que a veces producen suspiros,
y en una que otra contada ocasión, reproches,
hablaban y hablaban pero no eran escuchados por nadie.
Saqué mi navaja, la navaja con la que escribo los recuerdos,
pero mejor los deje pasar.
No tenía caso, no buscaba a nadie.
Me perdí , y aunque no quería perderme, me adentraba
más cada segundo en el mundo del que tanto reniego.
Deje de disfrutar del frío nocturno, de las danzas
uniformes y del misticismo de un piano.
Deje de ver la belleza de las rosas, y de los roses
del viento sobre mi cuerpo. Deje mi alma tirada en algún lugar.

Me puse a buscar en lo urbano. Quería encontrar rosas
en la basura. Quería hallarle finas formas a una lata
de sabor a nada.
Entre los ladrones, los taxis y la humedad del viento,
yo me movía como si nada pasara.
Como si no me importara nadie.
No le hallaba sentido a la vida.
Non voglio perdermi, decía.
Pero lo hacía. Sin mas.

Hoy, me encuentro vagando, sin rumbo fijo.
Y a pesar de que todo tiene paz, de que todo
es tan tranquilo. Yo no soy lo que soy.
Lo que fui no se donde anda.
Tal vez estaba perdido desde hace meses
pero yo apenas me doy cuenta. Tal vez las
cosas no son lo que aparentan.
Yo ya no le encuentro caso a vivir
en la tierra.
Quiero volar!,
incluso, hasta otros planetas,
el poder de viajar, de fotografiar mis encuentros
y una noche de pasión con un rostro desconocido,
y pagarle al amor con una moneda.
Necesito ver, sentir en mis frías manos
el sudor de otros cuerpos, que de amar
a veces estoy harto. Quiero vivir
lo no vivido.
Viajar por Notre Dame, sumergirme en otros labios,
tal vez, en mares muy lejanos.
Quiero ver al artista, una balada en el piano,
observar, ser libre.
Las ganas, la necesidad de no sentirme satisfecho,
de saber que puedo ser más, a veces atan a la gente.
Yo, que todo lo quisiera fotografiar,
a veces, hasta con mi pluma ensangrentada de
recuerdos (mentiras), que todo lo quisiera abrazar,
amarlo, como a mi propia vida,
me voy perdiendo por haber dejado mi alma
tirada en algún lugar.
Y no la encuentro.
Tal vez, es que no es momento.
O quizás, algo en mi ha muerto.
No quiero pensarlo.
Yo quiero ser, ser yo mismo.
Y ya no ver...

Quisiera no entender...